dilluns, 17 de gener del 2011

Viajo en el limbo de los sentimientos. No tengo la fuerza suficiente para dar el paso delante de pagar el peaje para ir al grano o –por lo contrario- acabaré en limbos secundarios como estoy yendo hasta el momento. Llevo así cinco meses. Quizá es el miedo a perder el ticket del peaje justo antes de llegar a pagar.

Sé que estás lejos ya de mi aunque te vuelva a ver día a tras día allí en alguna estrella, adornando con tu luz mis noches más bellas.

Por mi parte sigo dándole vueltas a las opiniones sobre si pagar el ticket del peaje para poder seguir adelante o quedarme aquí. Ayer mismo, me dieron una nueva opinión: “si estàs enamorat, que coi fas parat?” Eso me pregunto yo, porque todavía sigo aquí, parado frente al mar mientras que el mundo gira.


-¿Que haces? ¿Por qué lloras?
-No sé… recuerdo mis días con ella.
-Ah! Ya, pero... ¿eran tan especiales esos días?
-No, la verdad es que no.
-¿Entonces?
-Los días eran como otros cualquiera, lo que era especial era su presencia. No sé, ella con una tontería marcaba el día. Los días se suelen olvidar fácilmente, pasan rápidamente y se te olvidan pero los suyos no. Los recuerdo y aún puedo sentir la brisa del mar moviendo nuestro pelo, los zumos de naranja recién exprimidos, las sonrisas iluminadoras… Puede que parezca una tontería pero estos días junto a ella son de los más especiales en mi vida por el echo de que pasase lo que pasase ella venia y me daba un abrazo y me recordaba que aún la tenia junto a mi.

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